lundi 29 novembre 2010

SI EL HOMBRE PUDIERA DECIR, DE LUIS CERNUDA


Si el hombre pudiera decir lo que ama,
Si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
Como una nube en la luz;
Si como muros que se derrumban,
Para saludar la verdad erguida en medio,
Pudiera derrumbar su cuerpo,
Dejando sólo la verdad de su amor,
La verdad de sí mismo,
Que no se llama gloria, fortuna o ambición,
Sino amor o deseo,
Yo sería aquel que imaginaba;
Aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
Proclama antes los hombres la verdad ignorada,
La verdad de su amor verdadero.


Libertad no conozco sino la libertad de estar preso
en alguien
Cuyo nombre no puedo oír sin escalafrío;
Alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
Por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
Y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
Como leños perdidos que el mar anega o levanta
Libremente, con la libertad del amor,
La única libertad que me exalta,
La única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
Si no te conozco, no he vivido;
Si muero, sin conocerte, no muero, porque
no he vivido

(Andrés Rubio, El árbol rojo. Versos para ceremonias laicas. 40 poetas ponen voz a nacimientos, bodas y funerales, Demipage, Madrid, 2010, pp. 19-20)

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire