mercredi 28 juillet 2010

UNHA PROSA QUE VOA AO ENCONTRO DAS EMOCIÓNS: HÉCTOR ABAD FACIOLINCE

Como estou inmerso na redacción final do meu manual para o estudo e aprendizaxe da Interculturalidade na aula de francés, véxome na fermosa obriga de apurar lecturas seleccionadas sobre diferentes aspectos culturais que quero poñer de relevo.

Nestes días estou cun libro do colombiano Héctor Abad Faciolince, El olvido que seremos (Editorial Planeta Colombiana, 2006). Batín con el de casualidade e deixeime levar pola poeticidade do título. E foi un acerto.

A prosa, delicada e real, atrápate. A presentación dos personaxes sae da voz dun narrador que é, ao mesmo tempo, fillo do protagonista da novela. O amor de fillo relata e magnifica as virtudes dun médico que vé na medicina non só un oficio co que lucrarse en clínicas privadas, senón e sobre todo un medio para transformar a sociedade:

"El sufrimiento yo no empecé a conocerlo en mí, ni en mi casa, sino en los demás, porque para mi papá era importante que sus hijos supiéramos que no todos eran felices y afortunados como nosotros, y le parecía necesario que viéramos desde niños el padecimiento, casi siempre por desgracias y enfermedades asociadas a la pobreza, de muchos colombianos" (p. 40)

"Mi papá nos llevaba con el doctor Saunders a las barriadas más miserables de Medellín. (...). Al llegar reunían a los líderes del barrio, y mi papá le servía de traductor para las propuestas de trabajo comunitario que se les hacían para mejorar sus condiciones de vida. (...). Debían organizarse, ante todo, para conseguir por lo menos agua potable, pues los niños se morían de diarrea y desnutrición. (p. 41)

A implicación humana do pai é motivo de admiración para a memoria do neno que recolle citas enteiras sobre a tarefa e labor do médico: "La medicina no se aprende solamente en los hospitales y en los laboratorios, viendo pacientes y estudiando células, sino también en la calle en los barrios, dándonos cuenta de por qué y de qué enferman las personas" (pp. 42-43)

Sempre poñendo en primeiro lugar a reparación do padecemento dos demais, capaz de enfrontarse ás autoridades do lugar, o que lle valeu, loxicamente, ser perseguido. Pero afirmaba:

"Empecé a pensar en la medicina social cuando vi morir a muchos niños en el hospital, de difteria, y al ver que no se hacían campañas de vacunación; pensé en medicina social cuando un compañero nuestro, Enrique Lopera, se murió de tifoidea, y la causa era que no le echaban cloro al acueducto. Mucha gente del barrio Buenos Aires, con sus muchachas tan hermosas, amigas nuestras, también se morían de fiebre tifoidea y yo sabía que esto se podía prevenir con cloro al acueducto...Yo me rebelé en ese periódico U-235 y cuando celebraron el Cabildo Abierto les dije criminales a los concejales porque dejaban morir al pueblo de fiebre tifoidea, por no hacer un buen acueducto (..) (pp. 44-45)

"Para mi papá el médico tenia que investigar, entender las relaciones entre la situación económica y la salud, dejar de ser un brujo para convertirse en un activista social y en un científico" (p. 47)

E claro, as consecuencias son lóxicas cando lles cantamos as corenta ao poder establecido:
"Y muchos médicos lo detestaban por defender eso en contra de sus grandes proyectos de clínicas privadas (...). Era un odio profundo(...). (p. 48)
Y no sólo los médicos lo odiaban. En general su manera de trabajar no era bien vista en la ciudad. (...). A los más ricos les parecía que, con su manía de la igualdad y la conciencia social, estaba organizando a los pobres para que hicieran la revolución"

En fin, un médico "comme il faut"...que, por ser así, era satanizado como "ese 'médico comunista' que estaba infectando la conciencia de las personas en los barrios populares de la ciudad" (p. 51).

***
Interesante a descrición que fai da chegada do Opus Dei ás estruturas de poder:
"La Gran Misión hizo su solemne y bulliciosa entrada en la ciudad. Ésta representaba otro tipo de trabajo social, de tipo piadoso; una especie de Reconquista Católica de América patrocinada por el caudillo de España, Generalísimo de los ejércitos imperiales y apóstol de la cristiandad, su excelencia Francisco Franco Bahamonde" (p. 64)....loxicamente a ironía e o contraste entre unha educación racional e humanista fronte a unha educación relixiosa, baseada no pecado e nos medos, son o camiño explorado para facer saír a iluminación.

****

En fin....recomendable...un libro para deixar esmorecer as tardes. A min, que me gusta moito máis a poesía, resúltame agradable de ler. Fai pensar no que somos e, como filosofía, no que debemos facer para evitar as inxustizas.

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire